Taller: Grandes Retos de Investigación Científica y Tecnológica en Tecnologías de Información y Comunicaciones en México
Reporte Final
3. GR 1: Información relevante para la toma de decisiones: De los datos a la información y al conocimiento
3.1 Introducción
Desde antes de la existencia de las computadoras se ha soñado con organizar el cúmulo de datos, información y conocimientos que la humanidad posee. Quizá la primera propuesta precisa fue establecida en 1934 por Paul Otlet (considerado el padre de las ciencias de la información, creador del sistema digital de clasificación bibliotecaria, de las fichas bibliográficas, los cardex, etc.) quien propuso la creación de un repositorio de información accesible por todo el mundo a través de un mecanismo que era una extrapolación del telégrafo y con una representación sucinta de los documentos en diversas bibliotecas en los cardex de cada una. Este pionero pudo visualizar las ciudades del conocimiento, la web, las redes sociales y la aldea mundial basado en tecnologías analógicas. Cincuenta y cinco años después la propuesta de Tim Berners-Lee que dio lugar a la web, desde el CERN y la posterior proliferación de las máquinas de búsqueda han permitido cumplir parcialmente la expectativa de tener a la mano la información producida por toda la humanidad.
La noción de Sociedad de la Información tiene sus orígenes en la economía, al tratar de encontrar el motor del desarrollo en cosas menos tangibles que la producción de bienes, con los trabajos pioneros de Fritz Machlup. Ahora es evidente que estamos instalados plenamente en una sociedad en donde el desarrollo depende de la capacidad de acumular, procesar y asimilar información; pero aparentemente solo estamos conscientes de una cara de la moneda: nuestro papel como consumidores de información. Desde la educación formal (escolar), hasta la educación informal que da la interacción social en su conjunto lo que hacemos es consumir información. Una cosa de la que no estamos completamente conscientes es que nosotros producimos información, o de manera más precisa, producimos datos que posteriormente pueden traducirse en información. Con el abaratamiento de los dispositivos de almacenamiento y los avances en los dispositivos de captura podemos almacenar audio y video digitales, tener información multimedia, mapas mundiales al alcance de la mano, a unas cuantas teclas de distancia, de manera instantánea, desde nuestro escritorio compartidas con el resto de la sociedad.
Todos los avances que hemos presenciado son solo una parte de lo que se puede hacer con el cúmulo de datos que existen en la telaraña mundial de redes de computadoras. Hay una parte sutil; pero sustancial, que aguarda por una solución. La humanidad está en el vértice de un cambio tan dramático como el que ha provocado la web. Hemos llegado a un punto en el que podemos tener memorizada toda la actividad humana. El rango de las cosas que se almacenan va desde un paseo por el parque donde se toman fotos y video hasta la secuenciación del ADN, datos astrofísicos, colisiones de partículas elementales, tomografías, placas radiológicas, seguido de un largo etcétera.
El hecho de poder almacenar los datos no implica que tengamos información de ellos y de la misma manera, tener la información no implica tener el conocimiento. Finalmente, el conocimiento nos permite tomar decisiones.
Tomemos como ejemplo el conocimiento que tenemos acerca de las enfermedades infecciosas. Sabemos que estas enfermedades son causadas por bacterias o virus y eso permite tomar la decisión (automática) de esterilizar el instrumental en una operación, fijar nuestra atención en el desarrollo de vacunas o antibióticos. Los datos que permitieron tener la información necesaria para el conocimiento anterior fueron observaciones de personas enfermas, placas del microscopio, epidemias, etc.
El desarrollar las tecnologías necesarias para la generación de conocimiento a partir de los datos y ayudar a la toma de decisiones es el tema de este reto.