Taller: Grandes Retos de Investigación Científica y Tecnológica en Tecnologías de Información y Comunicaciones en México
Reporte Final
5. GR3: TIC y educación en el siglo XXI
5.5 Conclusiones
La transformación de los entornos y prácticas educativas mediante la inclusión generalizada de las TIC es inevitable, siendo estas últimas precisamente extensiones de nuestras capacidades cognitivas, entre las que se encuentran la de aprender y la de enseñar. El gran reto es hacer que dicha transformación se realice de la mejor manera posible, en beneficio de los individuos, de las comunidades y del país; de manera controlada, con indicadores claros y resultados tangibles. Requisitos indispensables para lograrlo son mantener consciencia de la complejidad de la problemática y aproximarse y actuar sobre ella de manera multidisciplinaria y multisectorial, para evitar caer en reduccionismos conceptuales y acciones unilaterales que retrasen el proceso y coloquen a nuestro país en desventaja en el mundo competitivo y globalizado de hoy.
El uso de las TIC en la Educación puede impactar de manera muy positiva la adquisición de competencias básicas, disciplinares y profesionales, produciendo un impacto social muy importante a través del aprendizaje en la gestión de la información con tres niveles de competencia [6]:
N1 | Acceso a la información: Acceder a ella de manera eficiente y efectiva, evaluarla de manera crítica y competente y utilizarla de manera adecuada y precisa. |
N2 | Capacidad de aprendizaje independiente: Utilizar la información relacionada con intereses propios, apreciar expresiones creativas de la información, como la literatura, y generar conocimiento propio. |
N3 | Responsabilidad social en el uso de la información: Reconocer su importancia para una sociedad democrática, comportarse de manera ética con respecto a ella y a las TIC y participar efectivamente en grupos para obtenerla y generarla. |
Las TIC no son solamente parte del problema, sino también elementos clave de la solución, aportando su capacidad para representar situaciones y dinámicas complejas, para modelar nuestras teorías y evaluar su compatibilidad con la realidad, para representar y procesar cantidades gigantescas de información y facilitarnos la construcción de conocimiento, para constituirse en la sustancia de agentes inteligentes capaces de apoyar de manera proactiva a los actores educativos en la solución de sus problemas. Todo esto no será posible, sin embargo, si no se forman los cuadros de usuarios, desarrolladores e investigadores capaces de encontrar aplicaciones, extensiones y teorías innovadoras de las tecnologías de la información y la comunicación.