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Carlos Gershenson

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Modernidad: La Ética de una Edad sin Certezas

Franco Crespi

 

En este texto, Crespi expone las características de la época llamada posmoderna. La sociedad humana llega a esta etapa después de haber pensado que todo era comprensible, que el hombre no tenía límites. Podría decirse que disfrutaba de la reciente "muerte de Dios", la cual lo dejaba como señor del mundo. Podríamos decir que fue cuando el hombre se dio cuenta de que ni siquiera era dueño de sí mismo, que comenzó la etapa que describe Crespi. La describe a partir de los próximos cuatro aspectos:

  1. El reconocimiento de los límites del saber. Se da cuando la lógica y las ciencias formales, encuentran en sí mismas que su formalidad no abarca todo lo percibible (las ciencias no formales nunca intentaron explicarlo todo, y podríamos decir que desde ciertos puntos de vista tienen una visión más completa de lo percibible). Ludwig Wittgenstein, al hablar del lenguaje y su internpretactión como el problema de la filosofía y Kurt Gödel, con su teorema de la incompletitud, marcan este aspecto de la posmodernidad más notoriamente. El teorema de la incompletitud de Gödel muestra que los intentos de Russel y Whitehead por tener unas matemáticas limpias, basadas en la lógica formal, son un fracaso, ya que Gödel representa los axiomas de la teoría de números con números, haciendo del sistema formal de Russel una paradoja. El teorema no sólo muestra esto, sino algo bastante obvio: que todo sistema formal basado en axiomas, no podrá demostrar sus propios axiomas. Por lo tanto, todo sistema formal es incompleto. No hay un sistema formal que pueda abarcarlo todo, porque el todo no tiene principio, y un sistema formal requiere de un principio.
  2. Esto nos lleva al aspecto de la ausencia de fundamento. Esto es, que no sólo no se han encontrado fundamentos absolutos que expliquen el mundo, sino que se demostró que no hay tal fundamento (o por lo menos es infinito (como decir que EL principio del círculo es TODO el círculo)). Obviamente hay fundamentos personales. Basándonos en Schopenhauer, la voluntad sería este fundamento. Los axiomas de la mente individual serían las creencias, pero uno primero necesita querer creer en ellos. Y es hasta después, que uno puede razonar (las razones serían los teoremas), basándose en sus creencias.
  3. La desaparición del telos. Así como se acepta que no hay un principio absoluto, se acepta que no hay un fin predestinado. No hay principio ni fin, no hay verdades absolutas finitas. Esto produce que los medios cobren una mayor inportancia que los fines. En mi experiencia personal, la gente ha perdido la necesidad de un fin. De una explicación para su existencia. El objetivo es cómo vivir, no para qué vivir. Antes del modernismo, podríamos decir que la mayoría aceptaba su predestinación dada por la religión. Mucha gente que necesita una explicación para su vida, la encuentra en la religión. La religión les vende (¿a cambio de su alma?) un objetivo para su vida. Sólo unos pocos lo crean.
  4. La inconciliabilidad de la situación existencial y social se da al no haber ni principios ni fines absolutos. Se podría decir también que no hay una respuesta social al sentido de la existencia.

Estos cuatro aspectos podrían verse como uno solo, o como uno siendo causa del siguiente.

Aunque de los últimos años, podríamos decir que estos aspectos se han complicado aún más, dada la diversidad de explicaciones que se le pueden dar al mundo. Una cosa para mí incomprensible, es que a pesar de que se puede ver fácilmente que no hay verdades absolutas, en ciertos sectores ha aumentado el fanatismo y la intolerancia. Si yo no puedo demostrar que mi mundo es válido, ¿cómo puedo suponer que mundos de otras personas no lo son?

Crespi plantea que después de la posmodernidad hay dos posibilidades: el retorno a los modelos totalitarios, o una nueva modalidad de desarrollo en relación con la experiencia. No estoy de acuerdo con la primera. Se necesitaría un pánico retrograda para deshechar la evolución del hombre. Y creo que la segunda no se puede alcanzar totalmente. Parece que la humanidad no podrá deshacerse completamente (por lo menos a corto-mediano plazo) de las características posmodernas. Crespi dice que esta elección no es un acto de voluntad, sino de aceptación. Por lo visto tenemos distintos conceptos de voluntad, ya que para mí, para aceptar algo, uno necesita tener la voluntad de aceptarlo, para después aceptarlo.

Es bastante lógico lo que dice Crespi: que la dirección que tome el hombre dependerá de su experiencia (religiosa, moral, estética y política). Yo no me limitaría a ciertos tipos de experiencia. Pero es que no hay otra cosa que haga cambiar al hombre. El hombre se cambia a sí mismo a través y por su experiencia.

A final de cuentas, ¿hay un problema en la posmodernidad?


Amor por la razón

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